El Edificio
El equilibrio de la luz, el jardín, el paisaje se convierten en conceptos que confluyen, que consiguen la armonía perfecta del espacio, la configuración precisa donde confirmar los lugares.
Recoger la luz tamizada del jardín, envolver con ella la arquitectura, promueven ese ambiente sosegado donde la vida se adormece en nuevos ritmos, que como las pinceladas emergen de cada rincón del edificio, buscando un lugar tranquilo, pero lleno de mil matices. Un sitio que se abraza a un patio austero pero escultórico, para que el protagonismo sea de las obras de arte, y que se vuelca a un medio natural, que se convierte en cuadro de fondo, animado, mezcla de vida y olores que se cuela entre las obras de arte, convertidos en esbozos de nuestra vida.
Conservar lo esencial, lo auténtico, asumiendo la posible intervención en un edificio de valor contextual, que se recicla desde una vivienda noble, en un centro cultural. Los espacios se revierten en su luz y sus visiones, es un centro cultural para el ciudadano, en un enclave físico rico en historia urbana y modernizado con diversos equipamientos culturales entremezclados con los usos domésticos.
El espacio central es un cubo, antiguo patio, que recoge la luz desde el gran balcón que, ubicado en la orientación norte introduce el jardín con la grandiosa fuente, magnificado por los artistas Santiago Rusiñol y Joaquín Sorolla en sus lienzos, y como fondo el barrio del Mauror y su arquitectura menuda que nos recuerda a los “cubismos” de Manuel Ángeles Ortiz. El espacio a doble altura enmarca la visión en su total medida del jardín romántico, equilibrando la luz en el interior.
Desde el jardín se accede a dos estancias bajo cubierta, como una arquitectura añadida o superpuesta al edificio, ventilados e iluminados por el patio y una “calle aérea”, que introduce la panorámica de la colina del Mauror, que la presiden Torres Bermejas y la Fundación Rodríguez Acosta. Se interpreta el mundo de las cubiertas de la ciudad como un territorio independiente de la vida urbana, muy sugerente y vinculado esencialmente a las bellas panorámicas de nuestra ciudad.
Un jardín romántico en Granada.
El Edificio
El equilibrio de la luz, el jardín, el paisaje se convierten en conceptos que confluyen, que consiguen la armonía perfecta del espacio, la configuración precisa donde confirmar los lugares.
Recoger la luz tamizada del jardín, envolver con ella la arquitectura, promueven ese ambiente sosegado donde la vida se adormece en nuevos ritmos, que como las pinceladas emergen de cada rincón del edificio, buscando un lugar tranquilo, pero lleno de mil matices. Un sitio que se abraza a un patio austero pero escultórico, para que el protagonismo sea de las obras de arte, y que se vuelca a un medio natural, que se convierte en cuadro de fondo, animado, mezcla de vida y olores que se cuela entre las obras de arte, convertidos en esbozos de nuestra vida.
Conservar lo esencial, lo auténtico, asumiendo la posible intervención en un edificio de valor contextual, que se recicla desde una vivienda noble, en un centro cultural. Los espacios se revierten en su luz y sus visiones, es un centro cultural para el ciudadano, en un enclave físico rico en historia urbana y modernizado con diversos equipamientos culturales entremezclados con los usos domésticos.
El espacio central es un cubo, antiguo patio, que recoge la luz desde el gran balcón que, ubicado en la orientación norte introduce el jardín con la grandiosa fuente, magnificado por los artistas Santiago Rusiñol y Joaquín Sorolla en sus lienzos, y como fondo el barrio del Mauror y su arquitectura menuda que nos recuerda a los “cubismos” de Manuel Ángeles Ortiz. El espacio a doble altura enmarca la visión en su total medida del jardín romántico, equilibrando la luz en el interior.
Desde el jardín se accede a dos estancias bajo cubierta, como una arquitectura añadida o superpuesta al edificio, ventilados e iluminados por el patio y una “calle aérea”, que introduce la panorámica de la colina del Mauror, que la presiden Torres Bermejas y la Fundación Rodríguez Acosta. Se interpreta el mundo de las cubiertas de la ciudad como un territorio independiente de la vida urbana, muy sugerente y vinculado esencialmente a las bellas panorámicas de nuestra ciudad.
Un jardín romántico en Granada.
Centro Cultural Comares
Calle Santa Escolástica, 3. 18009 (Granada) España
Centro Cultural Comares © 2025
Centro Cultural Comares
Calle Santa Escolástica, 3. 18009 (Granada) España
Centro Cultural Comares © 2025